lunes, 15 de marzo de 2010

LOS TRASTORNOS ALIMENTICIOS EN LA PUBERTAD

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TRABAJO PARA 6TO GRADO DE PRIMARIA: LEE LA INFORMACIÒN Y PRESÈNTALA EN UN ORGANIZADOR GRÁFICO EN TU CUADERNO

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jueves, 4 de marzo de 2010

EDAD DE LA TIERRA EN EONES


LA MEDIDA DEL TIEMPO EN GEOLOGÍA

Casi todos los procesos geológicos se producen muy lentamente y tienen lugar durante miles o millones de años.

Para medir el tiempo en geología se toma como unidad el millón de años, ya que en este tiempo pueden suceder cambios significativos en la superficie terrestre que permitan ser reconocidos por los geólogos.

LA ESCALA DEL TIEMPO

El trabajo realizado por numerosos geólogos y paleontólogos ha permitido reconstruir la historia de la Tierra y los acontecimientos que se han sucedido a lo largo del tiempo. Han dividido su historia en grandes periodos de tiempo denominados eones.

Los eones se han dividido en eras, y cada era, en periodos. La historia de la Tierra se divide en tres eones:

· El eón Arcaico (comienza hace 4600 años y acaba hace 2500 millones de años). Se caracteriza por la ausencia de organismos vivos complejos.

· El eón Proterozoico (comienza hace 2500 y acaba hace 570 millones de años). En este periodo aparecen los organismos vivos complejos.

· El eón Fanerozoico (comienza hace 570 millones de años y llega hasta la actualidad)

Se denomina Precámbrico a los eones Arcaico y Proterozoico. Es el intervalo peor conocido porque casi no se coservan restos fósiles y las rocas de esta edad son muy escasas

¿Cuál es la época más feliz en la Historia del Perú?

(Escribe tu comentario fundamentado y tu respuesta... Recuerda que todo comentario será evaluado antes de ser publicado)



LA HISTORIA: CONCEPTO Y MÉTODO


(Texto para 5to de Secundaria)


LA HISTORIA:
CONCEPTO Y MÉTODO


I. HISTORIA E HISTORIOGRAFÍA
La historiografía es la ciencia de la historia; de donde resulta que la historia es el objeto de la historiografía; sin embargo, no habría historia sin historiografía. Es decir, lo que singulariza el fenómeno que llamamos historia es que consiste en un proceso de autoconciencia, de reflexión sobre sí mismo. Y la historiografía es la forma más elaborada de esa conciencia. De otro modo, toda nuestra conciencia viene determinada por el pasado y nuestro hacer en el presente depende de esa conciencia histórica. Y es justamente a ese hacer con conciencia, ese hacer humano, a lo que llamamos historia; otra cosa sería mera biología.
Por tanto, podemos definir la historia como un vasto y complejo proceso de génesis, crecimiento y organización a través del cual la humanidad toma conciencia de sí misma y de su situación en el mundo, y el individuo emerge como persona ante la naturaleza y la propia historia.
Consideremos ahora cada uno de los elementos de la definición. En primer lugar, tenemos un proceso vasto y complejo; es decir, tenemos algo que sucede en el tiempo y tiene, por tanto, un carácter asimétrico, vectorial, cuya amplitud abarca a toda la especie humana y en el que intervienen múltiples y diversos elementos.
La historia, además, como la vida de donde procede, es crecimiento. Basta para comprobarlo comparar los miles de millones de individuos que hoy pueblan el planeta Tierra con los escasos miles de las primeras culturas paleolíticas. Por supuesto que el crecimiento se puede decir en otros sentidos; pero parece que este modo de crecimiento es el más evidente y fácil de evaluar.
La historia, en consecuencia, es organización de la vida humana, lo que resulta claro al observar la mayor diferenciación de funciones, y de organismos e instituciones que se ocupan de ellas, en las modernas sociedades post industriales al lado de las primitivas comunidades de cazadores, lo cual se traduce en una creciente complejidad de la vida social.
La historia como conciencia: El continuo desarrollo de las ciencias humanas y de la naturaleza, y la divulgación del saber y de la información a capas cada vez más amplias de la población, explican suficientemente este aspecto del devenir histórico.
La historia como personalización: En la historia el individuo va conquistando penosamente el derecho a que se le reconozca y considere por sí mismo, como ser humano, y no como miembro pasivo de una estructura superior, como extraño (es lo que hoy llamamos Derechos Humanos). Los profetas y filósofos ya enseñaron hace tiempo que todas las personas tienen derecho a que se les considere como tales, que todos somos hijos del mismo Dios, y hoy no son pocos los territorios en que la teoría jurídica, política e ideológica asume este reconocimiento; pero su realización es siempre incompleta (acaso porque su logro tiene ese carácter de horizonte utópico que tantas veces ha inspirado a filósofos y profetas).

II.- LA HISTORIOGRAFÍA. ¿PARA QUÉ EL ESTUDIO DE LA HISTORIA?
Toda acción personal está cargada de sentido, lo que supone un conocimiento y concepción de la Historia (ya sea activa o pasiva, lo más normal); de ahí la necesidad de entender lo que somos y hacemos en el presente. Dicho de otro modo, nuestra mente se ha formado con los materiales que la historia ha arrastrado hasta nosotros y todas nuestras acciones tienden a mantener o subvertir, lo sepamos o no, nos guste o no, un determinado orden social.
Pero todo presente es a la vez el pasado (y en el pasado sólo buscamos el presente); es decir, el pasado que el historiador interpreta no es un pasado fijo, sino que se mueve según el tiempo desde el que el historiador observa y la perspectiva social que el historiador adopta, de modo semejante a como se mueve un paisaje según el montañero asciende a la cumbre. O lo que es lo mismo, la historia que al historiador interesa es la que le permite entender su presente y no otra; porque para nosotros nada hay tan importante como nuestra propia vida y todo lo que hacemos cobra sentido en función de su conservación y mejora. Por tanto, aún cuando no seamos conscientes de ello, estudiamos e interpretamos el pasado desde la preocupación por el presente y al mismo tiempo el presente ilumina nuestra percepción del pasado.
A todo lo cual podemos añadir una nueva matización; porque el presente no es unívoco, sino que aparece atravesado de múltiples tensiones que son resultado del choque de intereses también múltiples. ¿Qué perspectiva debe elegir el historiador? Sin duda aquella que le permita desvelar la estructura de poder subyacente en la sociedad de su tiempo. Decía Tuñón de Lara que el historiador debe responder siempre a una triple pregunta: ¿Quién tiene el poder? ¿Quién y cómo lo ejerce? ¿En nombre de quién? La perspectiva que permita responder a esa triple pregunta será la del historiador. La elección no es fácil y en ocasiones puede ser arriesgada, porque al poder nunca le ha gustado que se descubran sus interioridades.
Lo cual nos descubre una dimensión inesperada en el historiador, su dimensión política, es decir, colectiva, y ética, es decir, personal. Porque somos humanos en tanto que ciudadanos, en tanto que seres históricos, y como seres humanos somos herederos de la historia y sólo en la historia podremos dar sentido a nuestra vida asumiendo conscientemente (o sea, libremente, al margen de los imperativos del poder) el proceso de personalización que pasa a través de nosotros; es decir, conquistando el derecho a la libertad, el derecho a ser personas.
Dicho de otro modo, estudiamos historia porque vivimos en la historia y necesitamos conocer su funcionamiento para cambiarla y hacerla mejor, para adaptarla a nuestras necesidades en definitiva. Podemos vivir sin saber física, química o matemáticas; porque el universo no necesita de nuestra intervención para funcionar. Pero, si en la historia no intervenimos ni tomamos decisiones, otros lo harán por nosotros y nos obligarán, incluso contra nuestra opinión y voluntad. Por eso, si queremos construir la historia en vez de padecerla, si queremos cambiar y humanizar el mundo, si queremos crecer como personas, necesitamos intervenir conscientemente sobre la historia. ¿Acaso no te gustaría diseñar tu propia ropa y decorar tu cuarto o tu propia casa en vez de aceptar los que te dan ya hechos sin haberte consultado? Necesitamos estudiar historia para ser más, pero también para aprender a gozar del patrimonio que la historia, la humanidad que nos ha precedido, nos ha legado, del mismo modo que aprendemos a saborear las comidas que rechazamos en la infancia y adolescencia.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Consecuencias del terremoto en Chile


EL TERREMOTO EN CHILE AFECTÓ LA ROTACIÓN DE LA TIERRA Y ACORTÓ EL DÍA
Un científico de la agencia espacial utilizó un modelo informático para calcular los efectos del devastador sismo.
El movimiento de rotación es el que realiza la Tierra sobre su propio eje y dura unas 23 horas. (ar.kalipedia.com)
El fuerte terremoto de 8,8 grados que sacudió Chile el último sábado , habría afectado el eje de la Tierra, afectando su rotación, según señaló un científico de la NASA, quien además señaló que **el día habría durado menos.
Según un cable que recoge BusinessWeek , se utilizó un modelo informático para calcular los efectos del sismo, con lo cual se determinó que el día se habría acortado en 1,26 microsegundos (millonésimas de segundos), y, además, el eje, sobre el cual se equilibra el eje de la Tierra se debe haber corrido unos 8 centímetros aproximadamente.
Richard Gross, geofísico del Laboratorio de Propulsión de la NASA (JPL), dijo que aunque estos cambios son difíciles de detectar físicamente, sí pueden ser vistos a través de modelos.
“El acortamiento del día se explica por el llamado “efecto del patinador en hielo”. Cuando un patinador está dando giros sobre la pista y cierra los brazos sobre su pecho, comienza a girar más y más rápido. Cuando se cambia la distribución de la masa sobre la tierra, el ritmo de rotación también cambia”, explicó a BusinessWeek el geólogo David Kerridge.

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